Por La Chispa
En el marco de las conmemoraciones del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es crucial destacar la importancia del afrofeminismo, una corriente que aborda las múltiples formas de opresión que enfrentan las mujeres negras. Este enfoque no solo lucha contra el machismo, sino también contra el racismo y el clasismo, reconociendo que la intersección de estas opresiones crea experiencias únicas y complejas.
El afrofeminismo se basa en la interseccionalidad, un concepto popularizado por Kimberlé Crenshaw, que subraya cómo las diferentes formas de discriminación se entrelazan y afectan de manera simultánea a las mujeres negras. Esta perspectiva es esencial para entender las luchas específicas que enfrentan las mujeres negras en el marco de una sociedad capitalista.
Angela Davis, una de las figuras más influyentes en este ámbito, ha sido clara en su postura: «El feminismo será antiracista o no será». Esta frase resuena con fuerza en el movimiento afrofeminista, que insiste en que cualquier lucha por la igualdad de género debe también combatir el racismo y el imperialismo enfrentando sin tapujos al capital. Davis argumenta que el feminismo debe ser inclusivo y abordar las experiencias de todas las mujeres entendiendo que todas han sido históricamente marginadas.
Angela Davis y su Enfoque Integral
Angela Davis es una filósofa, activista y académica comunista que ha dedicado su vida a la lucha por la justicia social. Su enfoque combina el feminismo clasista, antiimperialista y antirracista, ofreciendo una visión integral de la opresión y la resistencia. En su libro «Mujeres, Raza y Clase», Davis explora cómo las luchas de las mujeres negras están intrínsecamente ligadas a las luchas de clase.
Davis critica el imperialismo y el colonialismo, destacando cómo estas fuerzas han oprimido a las mujeres negras en todo el mundo. Ella aboga por una solidaridad internacional que reconozca y combata las formas en que el capital perpetúa la desigualdad de género y racial. Además, enfatiza que el feminismo debe ser antirracista para ser verdaderamente efectivo. En su visión, no se puede luchar por la igualdad de género sin también luchar contra el racismo.
Visibilización y Resistencia
El afrofeminismo también promueve el autorreconocimiento étnico y el orgullo por la herencia africana, luchando por el reconocimiento y la valoración de las identidades negras en todas sus formas. Además, combate la “misoginoir”, un término acuñado por Moya Bailey para describir las formas específicas de sexismo que afectan a las mujeres negras, combinando el racismo y la misoginia.
En este 25N, es fundamental recordar que la lucha contra la violencia de género debe ser inclusiva y considerar las múltiples capas de opresión que enfrentan las mujeres negras. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa para todas.