- En un escándalo que sacude los cimientos de la administración pública, se ha revelado que la UNGRD, bajo el gobierno de Iván Duque, adquirió madera ilegal del Clan del Golfo para la reconstrucción de Providencia. El periódico El Espectador sería el medio que destapó la olla podrida.
Bogotá, Colombia – 22 de septiembre de 2024 – La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), durante el mandato de Iván Duque, se encuentra en el ojo del huracán tras revelarse que compró madera ilegal del Clan del Golfo para la reconstrucción de la isla de Providencia, devastada por el huracán Iota en noviembre de 20201. Este escándalo no solo pone en entredicho la transparencia del gobierno anterior, sino que también expone la connivencia con grupos criminales.
La investigación, llevada a cabo por El Espectador con un transfondo en medios alternativos y organizaciones de derechos humanos, ha sacado a la luz cómo la UNGRD, dirigida en ese entonces por Eduardo José González Angulo, adquirió madera proveniente de la tala ilegal en zonas controladas por el Clan del Golfo2. Esta madera fue utilizada en la construcción de viviendas y otras infraestructuras en Providencia, un hecho que ha generado indignación y repudio entre la población y los activistas ambientales.
El uso de madera ilegal no solo representa un delito ambiental, sino que también refleja la corrupción endémica en la administración de Duque. La compra de estos materiales se realizó a través de contratos opacos y sin la debida supervisión, lo que permitió que los recursos destinados a la reconstrucción fueran desviados para beneficiar a grupos criminales3. Este hecho pone en evidencia la falta de control y la complicidad de altos funcionarios con el crimen organizado.
Las consecuencias de este escándalo son profundas. La comunidad de Providencia, que aún lucha por recuperarse de los estragos del huracán, se siente traicionada y abandonada por el Estado. Además, este caso ha reavivado el debate sobre la necesidad de una reforma estructural en las instituciones encargadas de la gestión del riesgo y la reconstrucción, para garantizar que los recursos lleguen a quienes realmente los necesitan y no a los bolsillos de los corruptos2.
En conclusión, la revelación de que la UNGRD compró madera ilegal del Clan del Golfo para la reconstrucción de Providencia es un claro ejemplo de cómo la corrupción y la falta de ética pueden socavar los esfuerzos de recuperación y desarrollo. Este escándalo debe servir como un llamado a la acción para fortalecer la transparencia y la rendición de cuentas en todas las esferas del gobierno.
Lea la investigación completa
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