La reciente victoria del Partido Laborista en el Reino Unido ha abierto una nueva etapa de solidaridad internacional, destacando el apoyo global a causas justas como la defensa de Cuba contra el bloqueo económico. En su Conferencia Anual, que se celebra entre el 22 y el 25 de septiembre en Liverpool, no solo se abordarán temas internos del país europeo, sino que también se ha reservado un espacio para debatir el impacto del bloqueo estadounidense sobre Cuba, y reafirmar la solidaridad con el pueblo cubano.
El bloqueo, que asfixia a la economía cubana desde hace más de seis décadas, ha causado un daño inmenso, afectando gravemente la vida cotidiana de los cubanos. El desabastecimiento de alimentos, medicinas e insumos médicos se ha convertido en una realidad angustiante para millones de personas. Ante esta injusticia, los sindicatos y las organizaciones del Reino Unido, junto con parlamentarios laboristas, se han organizado para lanzar iniciativas de apoyo y solidaridad concreta, como la campaña «Cuba Vive», que busca recaudar fondos para paliar las carencias en el sistema de salud cubano.
Este gesto de solidaridad no es aislado. En todo el mundo, movimientos sociales, sindicatos y organizaciones progresistas se han movilizado para respaldar al pueblo cubano, conscientes de que el bloqueo no es solo un acto de hostilidad, sino un intento sistemático de someter a una nación soberana. A través de brigadas solidarias, intercambios culturales y donaciones de material médico y educativo, estos grupos están demostrando que la solidaridad internacional puede ser una herramienta poderosa en la lucha por la justicia y la dignidad.
En la conferencia, figuras destacadas del movimiento sindical británico, como Kim Johnson y Bell Ribeiro-Addy, han alzado sus voces en favor del fin del bloqueo y del retiro de Cuba de la espuria lista de países patrocinadores del terrorismo. Esta etiqueta injusta, promovida por Estados Unidos, no solo busca dañar la imagen internacional de Cuba, sino que también contribuye al aislamiento económico de la isla, agravando la crisis que enfrenta su pueblo.
En los próximos días, la comunidad internacional, a través de la Asamblea General de la ONU, una vez más ratificará su condena al bloqueo. Este es un espacio donde Cuba recibe un apoyo casi unánime, y donde la voz del pueblo cubano, junto a sus aliados, resuena con fuerza y claridad.
En este contexto, el mensaje es claro: la solidaridad con Cuba no solo es un deber moral, sino una lucha compartida. Es el momento de unir fuerzas, de hacer oír nuestras voces y de fortalecer la resistencia contra el bloqueo y la opresión. Sigamos trabajando para que la justicia prevalezca y para que, junto a Cuba, el mundo avance hacia un futuro más equitativo y solidario.
