*Tania León Vargas Asonam-Huila
La edilesa de la comuna cinco de Neiva, ha enfrentado numerosos obstáculos como el machismo, la subestimación por su edad y género y la falta de recursos. Estos desafíos la han fortalecido e impulsado para liderar proyectos de educación, equidad de género y participación ciudadana
Las voces emergentes y los estallidos de liberación son las vidas de mujeres que, al inquietarse por las realidades de sus comunidades, con sus manos e ideas, generan transformaciones profundas. Alisson Andrade, joven mujer de 27 años, edilesa de la comuna cinco de la ciudad de Neiva, militante de la Unión Patriótica, se erige como símbolo de resistencia. Desde su posición, siembra esperanzas y sueños de empoderamiento para las nuevas generaciones de mujeres en un departamento marcado por profundas raíces y prácticas culturales patriarcales. Con fuerza y valentía, ella, al igual que muchas otras, enfrenta el desafiante mundo de la política, dispuesta a asumir nuevos retos.
-¿Qué motivaciones tuvo para iniciar el camino de la política en su departamento?
-Desde siempre he estado en la política, pero ahora voy comprendiendo lo que implica para las mujeres estar en ella. Ahora que planteas las motivaciones, recuerdo la etapa de la adolescencia, en donde entendí que la política está inmersa en todas las dimensiones de nuestra vida y desde mi infancia he sido muy dada a lo social, al cuidado del otro. Esa es mi motivación: procurar brindar herramientas a la otredad, a quienes son vulnerables y a quienes quieran mejorar un poco su condición de vida. Por ello, es necesario seguir preparándose en el camino de la política y comprender el sentido de las relaciones de poder y, con los años, una va entendiendo cómo opera la estructura política del país. Asimismo, existe otra motivación, la que está mezclada con la esperanza e indignación; uno se cansa de que las dinámicas económicas favorezcan exclusivamente a unos pocos, a quienes siempre han tenido la comodidad para gobernar, mientras la mayoría de la comunidad sigue aún más empobrecida.
– ¿Qué obstáculos has enfrentado durante todo ese camino?
– En este camino, he enfrentado varios obstáculos, algunos propios de la política y otros relacionados con ser una mujer joven en un espacio tradicionalmente dominado por hombres. Uno de los mayores desafíos ha sido el machismo y la subestimación. Muchas veces, por mi edad y género, no me han tomado en serio o han cuestionado mi capacidad para liderar. He tenido que demostrar constantemente que tengo la preparación, la convicción y la fuerza para estar donde estoy. Además, el acceso a recursos y oportunidades no siempre ha sido equitativo, lo que ha dificultado la visibilización de mi trabajo y el impacto de mis propuestas. También he enfrentado obstáculos internos, como el miedo al fracaso o la presión de no defraudar a quienes confían en mí. Sin embargo, estos desafíos me han hecho más resiliente y me han enseñado a valorar cada logro, por pequeño que sea, como un paso hacia la transformación social que tanto anhelamos.
-¿Cuáles son los logros que has tenido? ¿Qué impactos ha generado tu accionar en la vida política del departamento del Huila?
-Uno de los logros más significativos ha sido poder llevar la voz de las comunidades más vulnerables de mi comuna a los espacios de decisión. Como edilesa, he trabajado en proyectos que buscan mejorar la calidad de vida de las personas, especialmente en temas de educación, equidad de género y participación ciudadana. Por ejemplo, he impulsado iniciativas para fortalecer la educación no formal y promover la inclusión de jóvenes en procesos políticos locales.
También me enorgullece haber contribuido a visibilizar las luchas de las mujeres en el Huila, inspirándome en las experiencias que viví en México, Chiapas. Hemos organizado talleres y espacios de diálogo para empoderar a mujeres jóvenes y adultas, ayudándolas a reconocer su potencial como agentes de cambio en sus comunidades. En cuanto al impacto, creo que hemos logrado sembrar semillas de esperanza y motivación en muchas personas, especialmente en jóvenes y mujeres, para que se involucren en la política y trabajen por un futuro más justo y equitativo. Aunque falta mucho por hacer, cada paso cuenta y cada voz que se suma a esta lucha es un logro en sí mismo.
– Para concluir, ¿qué mensaje le gustaría compartir con las mujeres?
-Quiero invitar a todas las mujeres, especialmente a las jóvenes, a que se atrevan a participar en la política y en los espacios de toma de decisiones. Sé que puede ser intimidante, pero nuestra voz es necesaria. Somos capaces de liderar con empatía, fuerza y determinación. No permitamos que el miedo o los estereotipos nos limiten. La política no es solo un espacio de poder, es un espacio de transformación y nosotras tenemos mucho que aportar. Les digo que no están solas. Juntas podemos romper barreras, construir redes de apoyo y cambiar las reglas del juego. La lucha por la igualdad y la justicia social es colectiva y cada una de nosotras tiene un papel fundamental en ella. ¡Anímense a ser parte de este cambio! La política necesita de nosotras y el mundo necesita de nuestra mirada, nuestra sensibilidad y nuestra fuerza. ¡Vamos juntas!